El 8 de marzo, las mujeres estamos acostumbradas a recibir regalos y mensajes de felicitación de parte de nuestros padres, hermanos, hijos , amigos, pareja y compañeros de trabajo, sin embargo a quienes nos ha interesado la historia del movimiento de mujeres se nos hace inevitable recordarles a nuestros seres queridos que a pesar de sus buenos deseos el día internacional de la mujer no es una fecha de celebración para nosotras, se conmemora la primera manifestación feminista.
El 8 de marzo cientos de trabajadoras textiles de Nueva York conocidas como “garment workers”, se manifestaron por la igualdad salarial respecto a sus compañeros hombres además de mejoras necesarias en las condiciones laborales. Las trabajadoras se enfrentaron a una brutal represión policial, dejando a 120 muertas, estas mujeres valientes incendiaron la rabia de otras trabajadoras textiles iniciando una ola de huelgas textiles y sentaron las bases para el primer sindicato femenino de la historia.
La solidaridad internacional del movimiento de mujeres con las trabajadoras de Estados Unidos se manifiesta en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de Copenhague donde Clara Zetkin propone conmemorar el Día de la Mujer en el mes de marzo.
Seguimos conmemorando esta fecha porque así la lucha de las trabajadoras textiles haya sido hace más de 100 años seguimos exigiendo igualdad salarial, condiciones laborales dignas, horas y tratos justos. El desempleo y la precariedad laboral afecta especialmente a las mujeres, según datos del INEC publicados el 15 de octubre de 2020 el 8% 3,3 millones de mujeres de Ecuador estaban en el desempleo, en comparación con el 5,7% de los hombres de la población económicamente activa.
Asimismo, el 21,8% de las mujeres en condiciones de trabajar se encuentra en el subempleo, percibiendo ingresos inferiores al salario mínimo. Seguimos siendo excluidas del ámbito laboral, seguimos siendo pagadas cantidades inferiores a nuestros compañeros haciendo los mismos trabajos, seguimos siendo acosadas y discriminadas, seguimos haciendo trabajos de cuidado sin remuneración, por estas y más razones nos convocamos a manifestarnos por nuestros derechos a ser autónomas y la capacidad de sostener nuestras vidas con dignidad y libertad.
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